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El Tropezón restaurant embleático de Buenos Aires

Av. Callao 248. Ciudad de Buenos Aires. Argentina.

INICIOS

En 1896, en la esquina de Callao y Bartolomé Mitre, el asturiano Manuel Fernández y el gallego Ramiro Castaño inauguraron El Tropezón, restaurant que le tocaría como destino el ser, por mucho tiempo, sitio emblemático de Buenos Aires, a tal punto que podría decirse que ningún porteño de ley podría haberse privado de acudir a comer puchero.

El Tropezón restaurant embleático de Buenos Aires
El Tropezón restaurant embleático de Buenos Aires
El Tropezón restaurant embleático de Buenos Aires

¿QUÉ SIGNIFICA TROPEZÓN?

Son trozos pequeños de alimentos: jamón, legumbres que se encuentran mezclados en la sopa, el caldo y otro guiso.

SUCESOS IMPREVISTOS

Poco tiempo después, en 1901, el restaurant se mudó a Callao y Cangallo, hoy Perón, ubicación en la que funcionó hasta 1925, en que se debió volver a cambiar de domicilio a causa de una desgracia imprevisible: el hotel que funcionaba en los altos tuvo un derrumbe y el salón se arruinó.

EMPECINADO EN SOBREVIVIR

Pero El Tropezón estaba empecinado en sobrevivir y el 10 de febrero de 1926 se reinauguró en Callao 248. Aunque no se trataba de un sitio lujoso, tenía una personalidad que lo hacía especial.

El Tropezón supo tener clientes famosos, como: Federico García Lorca, Irineo Leguisamo, Lola Membrives, los Discépolo, Aníbal Troilo, Lola Flores, Balbín, Palacios, Yrigoyen, Carlos Gardel que ocupaba la mesa 48, entre otros tantos.

La especialidad de la casa ha sido desde siempre el puchero de gallina, según lo ensalza el tango: […] Cabaret «TROPEZÓN» era la eterna rutina. Pucherito de gallina, con viejo vino Carlón.

El Tropezón restaurant embleático de Buenos Aires

REINAUGURACIÓN

El 12 de septiembre de 2017 reinauguramos El Tropezón, con el fin de recuperar un emblemático restaurant de Buenos Aires con una historia de privilegio, donde se unieron lo español y lo porteño y a donde se encontraban las grandes personalidades de aquella época, de nuestros íconos del tango, artistas, literarios. Lo hacemos con toda la seriedad y el respeto que la historia merece. Son otros tiempos, pero lo esencial del Tropezón no cambiará: el ambiente y la buena comida, pensamos en una carta menú que sea española, pero bien porteña a la vez.

La cordial atención y la valoración de cada visitante será nuestra prioridad. Queremos que sea como en aquel entonces un clásico punto de encuentro: para saborear un café, tomar un aperitivo, comer algo rico, o para reunirse después de la oficina, cenar con la familia y amigos después del teatro.

BIENVENIDOS, GRACIAS POR VISITARNOS